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  LA SANTA CENA

    

La cena del Señor es un tema de perdurable interés y de tremenda importancia. Comer la cena del Señor no es opción, sino es un mandamiento que cada cristiano obedece todos los domingos.

 

SU INSTITUCIÓN

Fue el Señor mismo él que la instituyo la noche que fue entregado: Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;… (1 Corintios 11:23)

Mateo 26:26-30; Marcos14:22-26; Lucas 22:14-20; 1 Corintios 11:23-29; Hechos 2:42; 20:7

 

Ya que Cristo la ordenó, la Santa Cena debe tener gran importancia para todo cristiano. “Haced esto en memoria de mí.” Se tiene una importancia trascendental porque es la conmemoración del sacrifico del Señor Jesús en la cruz, y porque es “la comunión de la sangre de Cristo... la comunión del cuerpo de Cristo” (1 Corintios 10:16). En los cultos celebrados cada domingo, la Cena debe ser el acto principal de adoración.

 

Es el acto principal de la reunión

Porque, según Hechos 20:7, el propósito primordial de reunirse la iglesia primitiva el primer día de cada semana era comer el pan y tomar de la copa en memoria del sacrificio de Cristo. “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente.” Pablo “se apresuraba por estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén” (Hechos 20:16). Sin embargo, al llegar a Troas, se quedó “siete días” (Hechos 20:6), esperando la reunión de la iglesia “el primer día de la semana.” ¿Y por qué se reunía la iglesia “el primer día de la semana”? No precisamente para escuchar a Pablo, u otro predicador, sino “para partir el pan,” es decir, celebrar la Santa Cena.

 

cada cuanto se debe participar de la cena del Señor

Se debe participar todos los domingos del año, o sea todos los primeros días de la semana: Hechos 20:7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan…”. El no participar de la cena del Señor en este día es pecado dado que es un mandamiento expreso del Señor.

 

LOS ELEMENTOS

La Cena del Señor se compone de dos elementos: Pan sin levadura y Jugo de la vid.

 

EL PAN

El pan sin levadura representa el cuerpo de Cristo

 

·         Sin levadura: El pan que Cristo tenia la noche que instituyo al cena era sin levadura:Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua (Lucas 22:1)  Era el pan que se permitía en la celebración de la pascua (Éxodo 12:11-20). Siguiendo el ejemplo de Cristo y de la iglesia primitiva, utilizamos pan sin levadura, el cual representa, apropiadamente, el santo y puro cuerpo de Cristo, el Cordero de Dios sin mancha o defecto

·         Preparación del pan: Se hace una mezcla de harina común de trigo y agua (si se prefiere se le puede poner un poco de sal) y se cocina la masa. No se le echa ninguna clase de levadura o polvo de hornear. Evite que el pan sea duro o quebradizo.

 

Cantidad de panes

El Nuevo Testamento nada dice al respeto, no importa el número de panes, esto depende de la cantidad de miembros que componen la iglesia.

Algunos insisten citando 1 Corintios 10:17 donde Pablo escribe: “Siendo uno sólo el pan”. ¿Quiere decir el apóstol que debiéramos poner un solo pan sobre la mesa del Señor? Desde luego que no. Se trata, como bien explica el texto, no del pan literal sino de Cristo mismo. Dice: “Todos participamos de aquel mismo pan”. “De aquel”. ¿De cuál? ¡de Cristo! La iglesia en Jerusalén llegó a tener muchos miles de miembros (Hechos 2:41; 5:14; 6:1,7). De haber recibido la congregación mandato de poner un solo pan literal sobre la mesa del Señor, cuán enorme hubiera sido ese pan! Cristo uno sólo es, y la iglesia es una y universal. Si la iglesia tiene que comer de un solo pan como manifestación de su fe única en un sólo Cristo, ¡cuán grande tendrá que ser ese pan!. No importa la forma que tenga el pan, que si redondo o cuadrado, sino la condición del corazón del adorador que come el pan, y su propósito al hacerlo.

 

¿Es correcto tener el pan ya partido en el momento de hacer la oración y repartirlo?

Actualmente en muchas congregaciones se participa del pan ya partido al local de reunión para participar de la Santa Comunión. ¿Es correcto esto? leamos lo que nos dice los siguientes versículos que hablan de la Cena del Señor (el énfasis dado es mío):

·         Mateo 26:26: “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.”

·         Marcos 14:22: “Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo.”

·         Lucas 22:19: “Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.”

·          Hechos 20:7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche”

·         1 Corintios 10:16: “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?”

·         1 Corintios 11:24: “y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí”

 

Según se ve, Jesús tomo el pan en sus manos y lo partió, en la iglesia cuando se reunía se  partía el pan y no dice que lo llevaban ya partido. Partimos el pan, pues, porque ha sido una característica de la práctica cristiana el hacerlo desde el mismo principio de la era de la iglesia, y porque Cristo así lo hizo.

 

Según el Diccionario Expositivo la palabra que se utiliza para partir el pan proviene del griego klao o klazo que significa romper, romper en trozos, partir… (b) del partimiento del pan en la Cena del Señor (Mateo 26:26; Marcos 14:22; Lucas 22:19; Hechos 20:7; 1 Corintios 10:16; 11:24)

 

EL JUGO

El jugo de uva o fruto de la vid representa la sangre de Cristo.

 

·         El fruto de la vid es el jugo de las uvas – no fermentado - Lucas 22:17-18: 17Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; 18porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.

·         ¿Vino fermentado para la cena? Es interesante que Cristo no usó la palabra “vino” (griego OINOS) para hablar del líquido que debemos tomar al participar la cena, sino el término “fruto de la vid” (GENEMA).” (Y aun así, la palabra “oinos” a veces se refiere al jugo de uva no fermentado igual que el fermentado.”) La palabra GENEMA implica jugo de uva sin especificar tiempo o contenido de fermentación. Si Dios no especifica la fermentación, ¿quiénes somos nosotros para ligarla como ley?

·         Preparación: Si no se consigue un jugo 100% natural de uva, es conveniente comprar la uva y exprimirla colándola para utilizar solamente el jugo. Para la preparación del pan y del jugo de uva se le puede encargar a hermanas fieles y de buen testimonio la elaboración de lo mismos.

 

LA MESA

Cuando la iglesia ya tenga lugar permanente donde congregarse, una mesa apropiada para el propósito debe ser parte de los muebles.

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LOS UTENSILIOS.

Es necesario que la iglesia se provea de los utensilios necesarios para la Cena y que estos no se utilicen para otra cosa, y deben estar siempre higienizados.

·         1 Bandeja para colocar los vasitos o copitas

·         1 Plato – puede ser de cerámica o metal – para el pan

·         Varios vasitos o copitas. Es conveniente utilizar varias copitas o vasitos individuales a causa de la higiene.

 

el comportamiento de los miembros durante la Santa cena

Debe hacerse con la mayor solemnidad y reverencia posible. No deben tolerarse los ruidos innecesarios, las conmociones de cualquier clase, las conversaciones, los susurros, etcétera, de parte de niños, jóvenes o adultos y hasta los no cristianos (Si por ejemplo llevamos a un invitado, él deberá saber que esta hora es solemne). Nadie tiene derecho a interrumpirnos.

 

¿Por qué tanto silencio y disciplina?

Porque cada adorador ha de estar en plena y profunda “comunión” personal con el cuerpo y la sangre de Cristo, es decir, es menester que discierna el significado y la tremenda importancia del sacrificio realizado por el Señor. “La copa de bendición... ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? Es pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?”  “El que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio como y bebe para sí” (1 Corintios 10:16; 11:29).

 

Para que cada adorador esté en plena comunión, bien concentrado en el acto de la Cena, es realmente imprescindible el silencio. Ningún cristiano debe interrumpir la comunión, la concentración, la meditación, el culto, de los hermanos y de las hermanas sentados en derredor suyo, hablándoles, haciéndoles preguntas, susurrando, cantando, aunque bajito, riéndose, jugando con sus hijos u otros niños, regañándolos en voz alta, haciendo gestos o movimientos que distraen, etcétera.

 

¿DEBE la congregación cante algún himno durante la celebración de la Santa Comunión?

No es apropiado hacerlo. Cantar requiere un grado de concentración en las palabras y la melodía del himno, a menos que cante uno mecánicamente, proceder que rinde nulo el acto. Discernir dignamente el cuerpo y la sangre del Señor también requiere mucha concentración. ¿Conviene dividir nuestra atención entre dos actos de culto? Considere: no oramos y cantamos a la misma vez. No leemos la Palabra, cantando simultáneamente. No cantamos durante el sermón. Pues, ¿por qué cantar himnos durante la Cena? La celebración de la Santa Cena no es un acto mecánico durante el cual bien pudiéramos cantar himnos sin restarle nada a la atención y la concentración que merece la Cena.

 

Aunque toda la congregación celebre la Cena todos los miembros a la vez, la Cena es, más que una actividad colectiva, un acto muy personal de cada miembro en particular. “Pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí” (1 Corintios 11:28-29). Lo personal y lo individual de la acción se destacan mediante las palabras “cada uno”, y “el que come y bebe”. Por lo tanto, concedámosle a cada miembro la oportunidad y el privilegio de concentrarse en la Cena, sin ocupar su atención con himnos, lecturas bíblicas largas o extensos comentarios hechos, quizás en parte, para llenar el aire de sonidos.

 

¿Cómo se le puede restar importancia a la Cena del Señor?

·         Hacer de ella un mero rito repetitivo, un ritual, un acto carente de significado. Si por ejemplo se lee siempre el mismo texto antes de tomar los elementos, esto tiende a encerrar la mente en una sola idea y no da lugar a pensar en todo el significado que tiene.  

·         Celebrarla con la mayor rapidez posible, relegándola a un plano secundario.

·         No prepararse adecuadamente para ella el hermano designado para administrarla.

·         No preparar a la congregación.

·         Celebrarla sin pronunciar palabras o citar textos que resalten su importancia.

·         Celebrarla con sequedad, haciendo de ella un acto soso, frío, sin vida.           

·         Referente a ella, decir siempre las mismas palabras o leer el mismo texto todos los domingos, sin variar.

 

¿Quiénes cualifican para oficiar a la mesa del Señor?

Sólo los varones cristianos fieles, y no los faltos de buen testimonio, los tibios o los que no se congregan con regularidad

 

·         Una hermana: No puede “Oficiar” o “administrar”, porque esto implica, necesariamente, tomar autoridad o dominio. De oficiar la Cena una hermana, estaría ejerciendo dominio sobre los varones cristianos presentes, acto censurado por el Espíritu Santo en 1 Timoteo 2:12. “No permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.”

 

·         ¿Cualifican los jóvenes o los neófitos de buen testimonio? Encargar a varones adolescentes o neófitos en la fe la administración de la mesa del Señor es un proceder altamente cuestionable. Con muy raras excepciones, difícilmente tendrá el joven o el neófito atributos espirituales bien desarrollados que adornen la mesa del Señor con seriedad, solemnidad, gran reverencia y profundo significado. No ha sido sometido a muchas pruebas; aún no brilla su testimonio.

 

EL ENCARGADO DE SERVIR LA MESA

El que esta encargado de servir la mesa del Señor debe evitar hacerlo de manera desarreglada, o despeinado. De ser posible debe hacerlo con Traje, camisa y corbata, o su mejor ropa. Recuerde que esta encargado de una fiesta sagrada.

 

¿Es aceptable que los jóvenes o los neófitos asistan al que oficia a la mesa en la distribución de los elementos de la Cena? Sí, siempre y cuando sean fieles y de buen testimonio.

 

¿Pueden los mismos dirigir oraciones dando gracias por el pan y el fruto de la vid? ¿Por qué no?, siempre y cuando lo hagan conforme a las reglas establecidas para tales oraciones

 

¿Deben prepararse de antemano los que ofician la mesa del Señor? Definitivamente que sí. ¿De qué manera se preparan?

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a.                                          Meditando profundamente sobre el significado y el propósito de la Santa Comunión.

b.                                          Escogiendo textos bíblicos apropiados para leer antes o durante la Cena.

c.                                          Estudiando los textos con miras a comprender de lleno las en­señanzas y las implicaciones de cada palabra y frase.

d.                                          Estudiándolos y leyéndolos una y otra vez para poder leerlos con soltura, de ma­nera tal que impresionen a los oyentes.

e.                                          Estudiando todo lo relacionado con la Cena a fin de presentar comentarios concisos para la orientación y la edificación de los participantes.

f.                                           Orando que Dios lo use en este ministerio para su gloria y para el bien de la grey.

g.                                          Asegurándose de tomar las medidas necesarias para estar en perfecta comunión con Dios, para que cuando llegue el momento de presidir la mesa, esté tranquilo y confiado.

h.                                           

LA ORACIÓN POR EL PAN Y LA COPA

·         Dar gracias: Jesús dio gracias por los elementos no oro. La oración se compone de tres elementos básicos: petición, alabanza y acción de gracia. No obstante, el dar gracias no es orar y orar no es dar gracias. De gracias no ore, deje la oración para la ocasión apropiada. 

·         Voz alta y clara: el que da gracias por el pan y el jugo de la vid tiene que hacerlo de manera que todos entiendan y puedan decir “amén” (1 Corintios 14:16).

·         De la manera correcta: hay que pensar en lo que se dice, se puede decir: Señor te damos gracias por este fruto de la vid que representa tu sangre derramada en la cruz del calvario, en tu nombre, amén”,  y “por el pan el cual representa tu cuerpo que fue partido en la cruz del calvario, en tu nombre, amén”.

 

LECTURAS BÍBLICAS

·         ¿Es preciso leer siempre el mismo texto, por ejemplo, 1 Corintios 11:27- 34, antes de repartir los elementos de la Cena? No no conviene hacerlo. Debe evitarse semejante práctica porque tiende al ritualismo, y el ritualismo es mortífero para la vida de iglesia. Llega el día cuando pesa mucho ese ritualismo, como una cadena gruesa de hierro. Encadena; esclaviza, sofoca. Cuando el hermano que lee siempre el mismo texto.

 

·         ¿Es correcto empezar la celebración de la Santa Comunión sin leer texto alguno o hacer ningún comentario apropiado? No. Tal proceder transmite la impresión de frialdad, indiferencia o ritualismo; también, la de no querer dedicar tiempo suficiente al acto. Es como si dijera el celebrante:  Vamos a acabar con esto pronto. Hay cosas más importantes.”  El celebrante que inicia la Cena y la lleva a cabo, sin decir casi nada, con los ojos clavados siempre en la mesa o el piso, porque es tan tímido o demasiado nervioso, aún no cualifica para administrar un acto tan solemne.